Por: M.Sc Emilia Gazel Leitón, rectora de la Universidad Fidélitas
Cuando las mujeres avanzan, la sociedad avanza y ningún hombre retrocede. Si hay algo positivo en la actualidad, es el crecimiento que se ha dado respecto al acceso a la educación por parte de las niñas y mujeres. Hoy podemos decir que hay más mujeres en carreras STEM.
Dicho sea de paso, representan hoy aproximadamente el 60% de los graduados universitarios en América Latina, según la Comisión Económica para América Latina-CEPAL.
La lucha no ha sido fácil, pero el empoderamiento femenino y el cambio de mentalidad que se sembró a inicios del siglo pasado, poco a poco, surtieron efecto.
No obstante, si queremos un mundo laboral inclusivo, hoy las mujeres tenemos el gran reto de revertir el porcentaje reducido de participación que tenemos en carreras vinculadas con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM-por sus siglas en inglés). Según CEPAL, solo 3 de cada 10 mujeres se gradúan en carreras STEM, aspecto que es coincidente con nuestro país.
Debemos tomar en cuenta que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para el 2030, el 80% de los empleos actuales desaparecerán y serán reemplazados por aquellos que tengan vinculación con alguna formación STEM.
Dejemos de soñar… ¡Avancemos!
Y es que hace algunas décadas era impensable la educación, la profesionalización femenina y la participación de más mujeres en carreras STEM.
La doctrina del machismo predicaba que la mujer se casaba para ser ama de casa, criar sus hijos, servir y hacer feliz a su marido. Ni siquiera tenían derecho a heredar, porque eso le correspondía a los hombres. Lamentablemente, esto todavía prevalece en algunas culturas y zonas periféricas.
Las batallas políticas que impulsaron nuestras antecesoras con la Liga Feminista Costarricense, fundada en 1923, sirvieron para iniciar la emancipación femenina y las luchas por reducir la discriminación y, en general, la violencia hacia las mujeres, que por dicha, aunque lento, ha cobrado visibilidad en nuestro medio.
Hoy debemos agradecer y honrar a mujeres valientes como Esther de Mézerville, Yolanda Oreamuno, Ángela Acuña, Carmen Lyra, Emilia Prieto, Luisa González, Emma Gamboa, Ana Teresa Obregón, Ana Rosa Chacón, Estela Quesada, entre muchas otras, porque, como activistas y líderesas del pasado, dieron la lucha en pro de los derechos femeninos.
Sin duda, los movimientos femeninos, que se han gestado a lo largo de los años, han sido fundamentales por hacer cumplir los compromisos a favor de las mujeres, derivados de agendas, conferencias y tratados internacionales y han abierto camino para que tengamos más mujeres en carreras STEM.
Desarrollo impulsando a las mujeres
Está clarísimo que un aspecto esencial en el desarrollo de una sociedad más equitativa e igualitaria es la participación de las mujeres en la educación, porque con ello, se promueve el desarrollo de una sociedad más paritaria.
En el caso de Costa Rica, de acuerdo con el Observatorio Laboral de Profesiones del Consejo Nacional de Rectores (Olap), el 64,6% de los graduados universitarios son mujeres, lo cual es un aliciente. No obstante, basta con revisar las estadísticas del Colegio de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) para confirmar la baja proporción de mujeres incorporadas a dicha entidad: el 76.35% de los agremiados son hombres y solo el 23.65% mujeres, relación que se mantiene en general en las universidades y que coincide con el resto de Latinoamérica.
Según Olap, en Física el 83.9% son hombres y en la mayoría de las ingenierías la participación femenina es sensiblemente reducida: Ingeniería Civil 23,7%, en Topografía, 23,4%; Mecatrónica el 13%, en Ingeniería Industrial el 34,7, en Mantenimiento industrial el 7%, en Ingeniería Mecánica el 16,9%, en Ingeniería Eléctrica el 19,7%, en Electrónica el 14,4% y en Ingeniería Química solo el 26,2%.
Mayor demanda de mujeres en carreras STEM
Esto significa que, de cara a la Industria 4.0, habrá, sí o sí, una mayor demanda de competencias tecnológicas en los diferentes empleos y por eso necesitamos más mujeres en carreras STEM.
Por tanto, desde todos los flancos tenemos la responsabilidad de erradicar los estereotipos y los lineamientos ortodoxos que nos censuran con falsas ideas, superar los temores a ciertas materias, esquivar las diferentes barreras y pensamientos que nos siembran inseguridades.
Por el contrario, debemos empoderar a la mujer desde la infancia para que pueda elegir lo que quiere ser y hacer sin estigmas. Eso implica, cimentar la confianza en sus capacidades y habilidades, así como estimular el amor por las matemáticas, las ciencias, las ingenierías y la tecnología.
Luchar con respeto
Eso sí, ese empoderamiento femenino debe enmarcarse desde el respeto, tolerancia, dignidad y paz, ya que hay muchas mujeres que luchan por sus derechos haciendo uso del vandalismo, un acto que finalmente antagoniza con el objetivo que se persigue.
Para que haya un mundo laboral más inclusivo necesitamos más mujeres en carreras STEM, pues será la única manera de que puedan acceder a nuevas oportunidades laborales, pues de lo contrario, aumentará el índice de desempleo por género que ya existe y se ampliará, aún más, la brecha salarial de la que se ha tenido queja siempre.
Es imprescindible innovar utilizando diferentes herramientas de las ciencias del comportamiento para impulsar a las mujeres a decidir lo que más les conviene para el presente y para el futuro, sin que terceros decidan por ellas.
Necesitamos más mujeres en carreras STEM que participen con sus fortalezas, competencias y habilidades en todas las etapas de la generación de nuevas tecnologías y trabajando al lado del hombre creando el futuro.
Y para cerrar tomo una frase que leí por ahí de autor anónimo: “a veces el cambio que más esperas comienza con un ‘creo en mí’”.