Descubrí cómo el curso de Derecho Agroambiental de la U Fidélitas te prepara para enfrentar la crisis climática y proteger, tanto el ambiente, como los derechos humanos. Explorá las diferencias entre el derecho ambiental y agroambiental y aprendé a utilizar el derecho en litigios agrarios relacionados con el ambiente.
En un mundo enfrentando una crisis climática sin precedentes, la legislación para una adecuada gestión ambiental es más apremiante que nunca. Las cuestiones legales relacionadas con la agricultura y el ambiente se han vuelto cruciales. Como respuesta a este contexto, la Universidad Fidélitas ofrece en la carrera de Derecho, un curso de Derecho Agroambiental vanguardista que te prepara para abordar estos desafíos con éxito.
Para comprender mejor el tema Daniel Araya González, coordinador de la Clínica Jurídica CIAD de la Universidad Fidélitas y docente de Derecho Agroambiental, explica las diferencias clave entre el derecho ambiental y agroambiental y cómo este campo se ha vuelto crucial en la emergencia climática.
Alcances del derecho ambiental y agrario
“El derecho ambiental lo podemos definir como un conjunto de normas jurídicas y principios, tanto nacionales como internacionales, que tienen como objetivo principal proteger y preservar el ambiente”, explicó Araya.
Estas normas se centran en regular actividades humanas que pueden tener un impacto negativo en los ecosistemas y la salud pública. A la vez, se nutren de muchos otros conocimientos técnicos que provienen de otras áreas como la biología, geología, edafología, etc.
En Costa Rica, la jurisprudencia de la Sala Constitucional, así como de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), siendo el país miembro del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), ha desempeñado un rol esencial en el desarrollo del derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, como pilar para la eficacia de muchos otros derechos humanos.
Por otro lado, “El derecho agrario tiene como objetivo regular las situaciones y relaciones jurídicas que se presenten respecto al desarrollo de actividades de producción agraria, sean animales o vegetales. En términos prácticos, no todo daño ambiental es competencia material de la jurisdicción agraria”, precisó Araya.
Para establecer dicha competencia existen dos criterios fundamentales que Araya detalló y ejemplificó:
- Que exista una actividad agraria contaminante, ya sea que dañe algún ecosistema o la salud pública. Un ejemplo de ello son los monocultivos de piña, los cuales contaminan los suelos, ríos y mantos acuíferos, además de exponer a comunidades enteras a los efectos nocivos de los agroquímicos.
- Que exista una actividad agraria que se esté viendo contaminada, sea de tipo industrial, pequeño o mediano.
En ambos casos se sigue el criterio funcional, es decir, debe haber de por medio una actividad agraria.
Relevancia de la jurisprudencia internacional
Araya señala que las implicaciones internacionales también son fundamentales para la gestión ambiental. La Opinión Consultiva 23/17 de la Corte IDH, surgida en respuesta a una consulta enviada por el Estado de Colombia en 2016, establece que la naturaleza es sujeto de derechos, es decir, le brinda un valor intrínseco a la naturaleza, no dependiente de su valor económico para los humanos.
Este referente internacional tiene un impacto significativo en la gestión ambiental y los litigios nacionales y resalta tres elementos de gran importancia:
- La interdependencia entre la protección del ambiente, el desarrollo sostenible y los derechos humanos.
- Los impactos negativos y diferenciados en las poblaciones en condición de vulnerabilidad por daños ambientales y fenómenos meteorológicos extremos.
- La responsabilidad de los Estados en el aseguramiento del derecho a un medioambiente saludable.
“La Corte entiende que un ambiente sano significa la eficacia de muchos otros derechos humanos”, indicó Araya, por lo tanto, los Estados son responsables de los daños ambientales cometidos por sus acciones u omisiones, incluyendo los daños transfronterizos.
En la carrera de Derecho de la Universidad Fidélitas podrás analizar estos aspectos cruciales, tal combinación de derecho agrario y ambiental se vuelve vital debido a que la degradación del suelo acelera el cambio climático.
“Es fundamental entender que los suelos no solo proporcionan más del 95 % de los alimentos que consumimos, sino también, en términos climáticos, son el segundo sumidero de carbono a nivel mundial, después de los océanos”, enfatizó Araya. La degradación del suelo pone en riesgo la seguridad alimentaria y nutricional del planeta y, al mismo tiempo, contribuye significativamente al cambio climático.
El enfoque brindado en la U Fidélitas
Una de las características más destacadas del curso de Derecho Agroambiental de la Universidad Fidélitas es la formación práctica que proporciona a los estudiantes basada en la Metodología STEM.
Una parte integral de este programa es la elaboración de demandas en casos de litigios agrarios. Este enfoque es especialmente relevante para la gestión ambiental en un mundo que, a menudo, pasa por alto la relación entre la actividad agrícola y los impactos en los ecosistemas, la salud humana y el cambio climático.
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Un futuro prometedor
La creciente importancia de abordar los desafíos ambientales y agrarios en un mundo en crisis climática hace que analizar y fortalecer la gestión ambiental a través del derecho sea extremadamente relevante.
Además, en la Universidad Fidélitas encontrarás dos modalidades de estudio en la carrera de Derecho, Presencial y 100% Virtual, lo que te permite elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades y circunstancias.
Si tenés una pasión por la justicia ambiental y estás interesado en abordar los desafíos legales que enfrenta la agricultura y el ambiente en un mundo en crisis, el Derecho Agroambiental en la carrera de Derecho de la Universidad Fidélitas es tu camino hacia un futuro sostenible.
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