La profesora y subdirectora de la carrera de Derecho de la U Fidélitas analiza algunos desafíos que enfrenta esta profesión en una sociedad en constante evolución
Este 21 de julio se celebra el Día Universal del Derecho y debemos destacar su importancia en la regulación de las relaciones en sociedad, con independencia de la definición de Derecho que prefiramos. Porque hay muchas y no hemos podido ponernos de acuerdo en siglos sobre este tema.
En este sentido, el Derecho es una herramienta normativa que ha ayudado a la Humanidad en la búsqueda del orden y está inexorablemente acompañada de los fines y valores de un determinado momento histórico.
Desde una perspectiva humanista, implica que se persiga la paz, la justica y el bienestar de la persona (principio pro persona).
Protección de los derechos humanos
Es por esto, que los Estados de Derecho Democráticos han optado por el reconocimiento de los Derechos Humanos como los esenciales al ser humano, sin discriminación y de goce progresivo.
Es por esto que en Costa Rica se aplican los instrumentos de Derechos Humanos de Naciones Unidas y de la OEA como normas internas y de rango constitucional.
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En la actualidad, se confunden los fines del Derecho con la promoción de los Derechos Humanos, lo que nos beneficia a todos como seres humanos para poder desarrollarnos en un espacio en donde se respete nuestro plan de vida, y en donde contamos con mecanismos para la lucha contra el abuso de poder y la violación de derechos.
Grandes retos en este día
No obstante, la aplicación efectiva en los ordenamientos internos, e incluso en el nuestro, sigue siendo un reto, sumado a los elementos disruptivos de la tecnología, que han incluso generado un gran cambio de nuestra sociedad, basada ahora en un el ciberespacio y las relaciones digitales.
Nuestra era es digital pero también es la del cambio rápido, ya que cada dos años o menos contamos con nuevas herramientas en donde la robótica, la inteligencia artificial, la traslación de poder a grandes empresas digitales, la economía distributiva, las plataformas colaborativas, los desarrollos cuánticos y muchos otros, retan no solo al Derecho, sino a la Humanidad, y a nosotros mismos.
En este punto, debemos hacer un alto al camino, y pensar nuestro rumbo, identificar nuestros Derechos Humanos de nueva generación, y enrumbar estos avances tecnológicos hacia el humanismo 4.0.